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Mostrando entradas de agosto, 2015

El amor de nuestras vidas.

  El amor de la vida no es ese que dura toda la vida, si no ese que nos marca para bien, toda la vida Tal vez soy muy “chapada a la antigua” o vi demasiadas películas de Disney cuando pequeña, no lo sé, pero creo que uno siempre que ama, debe amar con todo el corazón. Ok, sí, sé que soy cursi en exceso, que vivo en las nubes la mitad del tiempo pero tampoco es que busque un príncipe azul, me gusta el amor real, con errores, con defectos y sé que somos pocos los que tenemos la suerte de encontrar a alguien a quien amamos y que nos ama sin pretensiones, con intensidad y con fuerza, a pesar de nosotros mismos. La mayoría de las personas cree que el amor de la vida es el que dura para siempre, ese es que largo y duradero y no muere nunca. Al menos eso es lo que nos venden las películas, a veces algunos libros. Yo creo que no es así, creo que el amor de la vida es ese que es tan intenso que el recuerdo es el que dura para siempre. La supuesta “alma gemela” no es necesariamente l

De dudas y certezas

A veces me pregunto por qué cuando algo malo sucede, es como sí se iniciara un efecto dominó, se cayeran una a una las fichas que antes parecían firmes ante cualquier contratiempo.  Parece que uno contara un tiempo delimitado para ser feliz, para encontrarse a uno mismo y estar en la cima, amar, tener sexo, ser exitoso, ver los días y las noches con un velo de arco iris y absoluta felicidad. Pero luego todo acaba, los castillos se derrumban, las pesadillas y los miedos regresan, y todo, de un día para otro comienza a fallar.  Ahora hay tormenta en mi cuarto, llueve y me inundo, me ahogo, mis gritos son silenciados por la cotidianidad de los nuevos días. La vida nunca para.  La gente dice que va a pasar, que después habrá sol radiante y hasta sequías, sin embargo, yo me siento sumida en un huracán, en uno de esos que arrazan con todo lo que se les cruza en el camino, y solo dejan escombros. Quienes nos salvan de los abismos, muchas veces tendrán el poder de hundirnos nuevamente.