Las palabras que la droga se llevó.
Escrito en colaboración con María Camila González. “No me pesa haber conocido la calle, pero no se la deseo a nadie” afirma. Y luego su mirada se pierde en el atardecer bogotano que cae sobre la plaza de bolívar. Sus rasgos desgastados y sucios, reflejan el sufrimiento que significa vivir en la calle, el único lugar que si bien es gratis (hablando en términos de dinero) suele ser cobrado con algo de mayor trascendencia: la vida y la dignidad. Y confiesa, con tristeza, que aquel es su más grande temor. La calle y la intemperie, se han convertido en el monstruo de un pasado con el que vive a diario en una habitación ubicada a unas cuadras de la plaza y que le cuesta 12 mil pesos semanales. Carlos Eduardo Rodríguez es el hombre que se ha dedicado a narrar la historia de Colombia a cientos de turistas que transitan a diario por el barrio la candelaria. Su historia, como la de muchos de los habitantes de la calle, ha sido forjada a partir de malas decisiones y un pésimo compañ