Lo que te lloré
Tal vez no me lo creas. Ya sé que ha pasado más de un año, que es demasiado tarde, que nuestros corazones pertenecen a otros, lo sé, pero tengo en el pecho un dolor que me se sale en las tardes tristes y me atormenta una herida que no sanó del todo y más bien sangra de cuando en vez.
Tal vez no me lo creas, pero no sabes lo mucho que te lloré.
Sé que no hubo abrazos para decirnos adiós, que mi ceguera
me hizo fallarnos al quitarnos la oportunidad de despedirnos, reaccioné muy
tarde y perdí la oportunidad de cerrar esta historia viéndote a los ojos, que
me ganó la cobardía y la vergüenza y que este es mi castigo: cargar con una
herida abierta que no pude suturar sola.
Tal vez no me lo creas, pero no sabes lo mucho que te lloré.
Me faltó claridad en mis motivos y me sobraron miedos y confusiones.
Me faltó, también, agradecerte por cambiarme la vida y devolverme la esperanza
perdida. Por el amor incondicional y la complicidad eterna. Me faltó explicarte
las razones de mi partida con gallardía y franqueza. Me faltó hacerte un duelo
y sufrirte intensamente, a cambio, el dolor se me escapó gota a gota, en una
agonía lenta y taciturna.
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